Proceso Agrícola
En Cuba fue donde se conoció por primera vez el arte de fumar y es también donde la naturaleza ha logrado la combinación perfecta y única de suelo y clima, que unido a la selección cuidadosa de las variedades de tabaco negro cubano y a las habilidades y el amor que los trabajadores de la actividad tabacalera sienten hacia la labor que realizan, hacen que sea indiscutiblemente reconocida como la tierra del mejor tabaco del mundo.
En los suelos cubanos se cultivan dos tipos de tabaco:
Tabaco Negro: se destina a la elaboración de los tabacos Premium (torcidos totalmente a mano), los tabacos hechos a mano para el consumo nacional, los tabacos hechos a máquina y para los cigarrillos negros o fuertes como también se les conoce.
Tabaco Rubio (Virginia o Burley): con el que se producen las mezclas para los cigarrillos rubios, también conocidos como suaves.
El tabaco negro cubano tiene dos formas distintas de cultivo que producen los diferentes tipos de hojas requeridas:
Las hojas para capa se cultivan en campos de tabaco tapado, que están totalmente protegidos del sol gracias a la tela que las cubre. La tela de tapado filtra la luz del sol y retiene el calor permitiendo que las hojas crezcan más y sean más finas. Estas son las condiciones ideales para las hojas de capa.
Las hojas para tripa y capote (tabaco de sol) se cultivan al aire libre. Así aprovechan a plenitud el sol de Cuba, que en todo su esplendor les permite crear una variedad de sabores los cuales son combinados para establecer las diferentes mezclas.
Luego de la recolección, las hojas son trasladadas a las casas de tabaco de los agricultores para ser curadas de forma natural o controlada.
El tabaco rubio, por su parte, siempre se cultiva al sol y el proceso de curación de la hoja se realiza en cámaras de cura controlada.