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Trinidad: Una villa y un sabor

05 Jan, 2021

Trinidad: Una villa y un sabor

Cuando se pone un pie en ella, dicen los entendidos, se olvida todo. Comienzan las ganas de descubrirla y hacerlo con calma, paso a paso. Porque a ella hay que conocerla sorbo a sorbo, palmo a palmo, a través de las caras de su gente, de su vida bohemia de sus olores, porque Trinidad, la ciudad de los museos, es el ejemplo vivo de que el tiempo puede detenerse.

El 4 de enero 1514, Diego Velázquez fundó la Villa de la Santísima Trinidad como parte del plan de la conquista de Cuba que había comenzado en 1511 y que en este año llega a su 507 Aniversario.

Este lugar, Patrimonio Mundial de la Humanidad desde 1988, ha sido un lugar de regocijo para quienes buscan encontrarse con lo clásico, con lo antiguo, con lo que gana valor por el paso del tiempo y también para aquellos amantes de los habanos en cuyo vitolario prevalece una marca que se engalana con el nombre de esa ciudad colonial y lo luce en todo su esplendor y sabor: Trinidad.

El habano Trinidad surgió en 1969 como un obsequio que de manera muy selecta le era entregado a dignatarios extranjeros, regalos de Estado y personal diplomático, suerte similar a los inicios de Cohiba.

Originalmente eran producidos exclusivamente en la fábrica de El Laguito antes de asentarse en las factorías de Vuelta Bajo en Pinar del Río, pero siempre vistiendo hojas de la mejor calidad, con una elaboración majestuosa, totalmente a mano, con tripa larga y una exquisita composición en su ligada en cuya distinción destacaba el sabor medio.

Casi 30 años después de su primer torcido, en 1998 Trinidad salió al mercado, y fue puesto a disposición de los fumadores de todo el mundo, de manera muy exclusiva con ediciones limitadas.

Cuando llegó al mercado internacional lo hacía ofreciendo, a los amantes de los habanos, un sabor y aroma únicos a través de su única vitola Fundadores (40 x 192 mm). En 2003 amplió su vitolario con nuevas experiencias: Reyes (40 x 110 mm) y Coloniales (44 x 132 mm)  

Su apuesta por seguir ofreciendo novedades a sus más ávidos fumadores llevó a la marca a apostar por Habanos de calibre grueso como el Trinidad Robustos T (50 x 124mm) en 2009, contribuyendo así a construir una completa gama de marca.

En esa misma línea trajo exponentes como el Trinidad Vigía (54 x 110mm). En 2010 lanzó el Trinidad Shorts Robusto Edición Limitada (50x102mm) y el Trinidad Topes Edición Limitada en 2016 (56 x 125mm). 

En exclusiva para la franquicia “Casas del Habano” de la región Asia Pacífico presentó, en 2017, el Trinidad La Trova (52 x 166mm). Recientemente, en 2019, con motivo de la celebración del 50 Aniversario de la marca, llegó la vitola Media Luna (50x115mm).

Con el nombre de la marca Trinidad no solo ha hecho homenaje a la ciudad colonial que inspiró su nombre, sino que los apellidos de sus vitolas han hecho referencia a diferentes aspectos de la vida social y cultural de la referida ciudad.

Vitolas como “Vigía” está inspirada en las torres denominadas así en esa ciudad, así como “Esmeralda” lleva el nombre de una de las principales calles de Trinidad y “Media Luna” se refiere a una majestuosa casa colonial del año 1830 situada en el centro histórico.

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