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Torcer tabaco cubano, una gran oportunidad.

05 Nov, 2021

Torcer tabaco cubano, una gran oportunidad.

El programa de atención integral a las comunidades que ejecuta el Ministerio de la Agricultura tiene como objetivo acompañar a las autoridades locales en la resolución de problemas, como el rescate de espacios públicos y de uso social y la reinserción de jóvenes a la vida laboral o escolar.

En ese sentido, Tabacuba que ha apoyado a las entidades locales del Consejo Popular Jesús del Monte, en el cumplimiento de estas acciones, recientemente inauguró en esa comunidad capitalina, un aula para la formación de torcedores.

En su primer curso, la matrícula de 38 alumnos fue cubierta por jóvenes vecinos de Jesús del Monte que tendrán un período de formación de 9 meses, dividido en varias etapas y siempre dirigido por maestras torcedoras de la Empresa de Tabaco Torcido, Francisco Pérez German (Partagás).

Según Miltania Pérez Borges, jefa de brigada de la escuela y con más de 30 años de trabajo en la galera, la primera etapa consta de 48 días con una norma de 68 tabacos. Se les paga un 50% de estipendio y el resto lo deberán hacer con su norma, además que se les pagará el sobrecumplimiento de la misma. La segunda, tercera y cuarta etapa consta de 36 días cada una, con una norma de 108, 118 y 135 puros respectivamente. Las enseñanzas no solo están centradas en las habilidades del torcido, sino también en su historia, tradición e importancia dentro de la cultura tabacalera. Los jóvenes reciben un estipendio de 2 mil 100 pesos. 


La directora general de Partagás, Bárbara Hernández Medida, explicó que la iniciativa está en concordancia con el Plan de desarrollo de Tabacuba de crear nuevas capacidades de torcido y así lograr incrementar los niveles productivos, de cara a la exportación.

Aunque el curso comenzó con 38 alumnos, el proyecto tiene capacidades disponibles de hasta 80 estudiantes que dependerá del mejoramiento de las condiciones epidemiológicas del país. Además, está previsto la realización permanente del curso y la garantía de trabajo, en las empresas de torcido de la capital, a los graduados.

La acogida ha resultado en una oportunidad que lo jóvenes aprendices no dejan de agradecer. Reinaldo Baro, uno de los jóvenes cursantes, agradece el esfuerzo de los profesores y de Tabacuba y en su primer día confiesa: “No tenemos la destreza, pero le tenemos interés”

Para Katerin Benítez, joven de 23 años, su inserción en el proyecto ha sido todo un reto porque depende de las habilidades manuales de cada persona, “a veces me preguntaba si lo iba a lograr, sin embargo, he recibido mucho apoyo por parte de los profesores. Se nos acercan y nos explican, en cada momento, como hacer mejor y más fácil el trabajo. Me gusta lo que hago y demostré que podía con mis manos hacer una obra arte”, acotó de manera sonriente.

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